Martes 11 de Noviembre 20 : 55

Cuando uno se sienta frente a un prologo es muy difícil no hacer un prologo de un prologo y así sucesivamente. Ya que las cosas se complican. ¿Cómo arrancar un arranque? ¿cómo hacer que las cosas entren de a poco y de manera natural? ¿cuál es la primera nota? ¿cuál es esa que suena y prepara para todo lo demás?. Siempre el hombre frente al inicio, a el vació ha dudado, ¿existe el vació?. Todo esto venia al caso porque no sabia, ni se, arrancar las cosas. ¿Qué le vamos a hacer?, las preguntas retoricas no solucionan nada, más que ocupar espacio. En fin, arranque ... ... ... ... ...
La cosa de hoy no era sobre los inicios, eso va a ser mañana tal vez. La cosa de hoy es sobre una persona bastante invocada por quien les escribe, no estoy escribiendo ni de Dios - si es que existe - o de Palito Allen, sino que lo estoy haciendo sobre el héroe y ni sobre el bicho Silveira ni sobre Superman sino que es sobre el héroe de a pie. Nuestro héroe, todo esto es invocado por el pato Darwin.
Voy a citar a dos ejemplos de los hombres comunes , en estos casos gringos pero son muy validos, el primero no es más que el señor Homero SImpsons y el otro es el "Dude" (Lebowsky). Si pensamos que tienen en común estos dos hombres encontramos una gran cosa, el Bowling, los héroes comunes no son buenos en nada salvo en el Bowling. Este pseudo deporte maneja algo extraño, todavía no se decifrar que, pero sin duda que libera a estos fracasados. Ahora que lo pienso es algo con la dificultad suficiente como para hacer sentir satisfacción, pero no tanta como para que no llegue el tipo común. Y además la simpleza le es difícil al virtuoso, al hombre complicado, al hombre que necesita grandes esperanzas.
Por ahora lo único que se es que el próximo Che Guevara o Bicho Silveira sera un jugador de Bowling, alguien que al tirar pinitos de madera llegue a la gloria, porque al fin y al cabo las metas alcanzables hacen a los hombres victoriosos.
Creo que decir alguna otra cosa seria arruinar lo último que dije (auch).