sábado, 30 de agosto de 2008

Sabado 30 de Agosto 17 :46

... ... Yo el lector de este blog, desvinculo al señor escritor de tal, de cualquier daño que pueda causar tanto a mi físico como a mi psique. Al leer este pasaje, aunque sea en voz baja, se considera como un juramento frente a la ley ... ... .

Ya legalmente autorizado para causar cualquier daño puedo dirigirme a efectuar mi entrada habitual. Esta se va a en centralizar en la vida. Pero para empezar a hablar sobre la vida, voy a hablar de mi, que desde que yo tengo vida, mi persona es el centro de mi vida.
Yo - Yo nunca me considere un tipo "cool", no lo soy, simplemente tengo un portalápices "cool". Ese soy yo, un gran portador de portalápices, peor persona. Este objeto que me hace mejor ser es simplemente un recipiente de pulidor sin tapa y con un piso más alto. Este objeto echo por mi, y perteneciente a la cultura popular es tan bueno por dos conceptos:

El del infinito, un concepto tan complejo como el infinito se puede explicar por un tacho de pulidor. Para los que no saben : en dicho tacho hay un dibujo de varias personas que sostiene un tacho de pulidor. A su vez en el tacho dentro del tacho, hay otro y así sucesivamente. Es el ejemplo perfecto para la abstracción de dar vuelta un ocho.

El de la danza del muerte, varias personas (botones, ama de casa, cocinero, domestica, burgués, y señora de clase alta) de diferentes orígenes que bailan por el tacho. El pulidor provoca lo mismo que la muerte, justicia. Nadie protesta por tener, o no tener pulidor, al igual que no se protesta por la muerte, simplemente no se puede.

Y si juntamos que tenemos: la muerte elevada al infinito, lo incuestionable ad eternum. Y que es esto más que la vida, un camino sin fin que uno sigue porque se nos es natural.
Así que la vida es girar y bailar, como en el tacho de pulidor. Un infinito que nos da limpieza profunda.

Usted se acaba de dañar por su propia voluntad, es su culpa no la mía.

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