La bruma se dispersaba y todo salia a la luz. Ya no quedaban ni mentiras, ni verdades, ni supuestos, solo hechos, cosas. Simplemente cosas, nada
útil, solo pensamientos de abogados, reglas sin bruma pero al fin y al cabo solo reglas.
Tal vez habrá que difundir la bruma de vuelta, al fin y al cabo las mentiras son mucho mejores que las verdades. Difundir una bruma que nos permita caminar sobre la cuerda, que nos permita parecer inteligentes, que nos permita crear y creer en algo posible.
Necesitamos bruma, una bruma que nos pueda traer columnas de cine. Como la siguiente :
Z) frente a mi espantosa (esto es un eufemismo) clase de audiovisual en la cual
exibieron una
película llamada
blast from the past. Solo puedo insultar a los profesores y pensar con cierto desengaño sobre el cine
pop. Primero y antes que nada decir que separar entre cine comercial y no comercial es una pavada, es algo tan
inútil como peligroso Solo existe el cine comercial,
Vincent Gallo hace cine comercial ya que cobra el semen con el cual financia sus
películas. Segundo frente a este tipo de
películas donde ya se sabe todo lo que va a pasar, no hay mucho que decir, todo lo espantoso se sabia desde antes del inicio. No hablo solo del tradicional chico conoce chica, sino anticipar todos los chistes y todos los catalizadores (gatillos). Creo que se trata al público como demasiado estúpido, no es que yo no lo sea, simplemente no me gusta que me traten como tal. La
cuestión esta en la relación emisor receptor de vuelta, siempre esta ahí.
Y) Creo que voy a citar un ejemplo más placentero, he visto
pelis de los Marxistas más importantes del cine, especialmente por
Groucho. Las
pelis son gloriosas en tanto al humor, como narración
cinematográfica no son tan importantes. Sobre el humor voy a desarrollarlos un poco más en el
sector de la
génesis del humor.
Uniéndolo con el tema anterior primero creo que el receptor del mensaje de estas
pelis era uno muy distinto al de ahora, uno posiblemente más ingenuo. Pero igual así los
Marx son extremadamente ofensivos con el público, van
rapidísimo, hay demasiados injertos, se pierde el sentido, aparecen musicales. Tratan mal al público, no se preocupan porque el público entienda, y ahí esta el dilema.
Hay que crear en la bruma, en la cornisa, en eso que es molesto así quien lo encuentre se ponga feliz.